La mayoría de los
adolescentes hoy en día utilizan las nuevas tecnologías para fines recreativos
e incluso para darse a conocer a sí mismos como un ser distinto a lo que en
realidad forma parte de su verdadera identidad, puesto que las redes
sociales han implementado una atracción hacia estos jóvenes por sus múltiples
usos y funciones.
Estamos ante unos jóvenes
tecnologizados que construyen sus identidades estableciendo relaciones intensas
con unas pantallas ubicuas (Diego Lewis, 1999) que les acompañan
permanentemente: móviles, ipod, ordenadores, videojuegos, televisión, etc. Las
pantallas están en sus vidas, pero también podemos plantear, siguiendo a Sherry
Turkle (1997), que sus vidas están en las pantallas.
En la actualidad la juventud utiliza esta nueva era de la tecnología no sólo como una herramienta de estudio, muchos utilizan las pantallas de los ordenadores como lugares para proyectar sus propios dramas y vivencias, en su mayoría acompañados de estos dispositivos a la mano siempre forman una conexión de la cual no pueden estar separados de estos aparatos que constituyen una gran parte de su ser.
Por
otro lado, manejan las nuevas tecnologías de una manera no adecuada con el uso
incorrecto de las redes sociales, ya sea para chatear con personas
desconocidas, publicación de contenidos no apropiado, adicción, aislarse de su
entorno, entre otros.
Para
Francisco Bernete (2007) los dispositivos tecnológicos actuales crean espacios
no territoriales que facilitan la interactividad, cuyas referencias no son
necesariamente las geográficas, sino los gustos y las motivaciones o los deseos
compartidos.
Estos
mecanismos tecnológicos han formado una ventaja para una gran parte de los
adolescentes, gracias a esta nueva era de la web muchos pueden estar informados
de noticias que acontecen alrededor del mundo que sean del agrado de estos
mismos de forma inmediata logrando así una mayor interacción. También las redes
sociales ayudan a este factor, puesto que los jóvenes pueden estar al tanto de
sus artistas favoritos, música, arte, deportes, es decir, todo aquello que
tenga que ver con sus gustos y cualidades.
Según Eduardo Vizer (2003), el individuo
no sufre pérdida de valores, sufre pérdida de sentido de realidad. El valor no
existe en sí mismo, sino que es generado y expresado en la relación y el
vínculo con el otro, con las instituciones, con la cultura o con lo sagrado”.
En definitiva, el uso del
internet por parte de amplias secciones de jóvenes ha formado en cada joven un
nuevo contexto del entorno. En gran parte, adolescentes prefieren estar
conectados a la web que compartir un momento con sus familiares e inclusos con
sus amigos más cercanos. Este problema también depende de su seno familiar,
puesto que allí se inculcan todos los principios para vivir en una sociedad de
manera consciente, moral y sobre todo con ética.
Finalmente La Asociación
Mexicana de Internet (AMIPCI) señaló que las principales actividades por las
que los mexicanos se convierten en internautas son: 1) búsqueda de información
(29%); 2) utilizar el correo electrónico (28%); 3) uso de videojuegos (17%); y
4) acceso a “redes sociales” (17%), de este rubro podemos destacar que escaló a
la segunda posición, con 77% de las actividades online, sólo por debajo del
envío y recepción de correos electrónicos, con 80%, mientras que la búsqueda de
información apareció en tercer sitio, con 71%.).
Fuentes consultadas:
http://www.udgvirtual.udg.mx/paakat/index.php/paakat/article/view/199/278
Gabriela Crespo
Rafael Fernández